domingo, 1 de junio de 2008

Pancartas, reproches y un «feliz» acuerdo

Acosta libró el abucheo que avizoraba en su primer Consejo Nacional como líder sustituto. El sainete tribal vino después de su discurso.

Los temas menos importantes son los que nos mantienen divididos, pero hay otros que nos unen, como la defensa del petróleo o la soberanía alimentaria, decía Guadalupe Acosta, dirigente sustituto del PRD, a unos cuantos consejeros nacionales.

Evitó el abucheo, que durante la semana previó que ocurriría en su primer Consejo Nacional ya como dirigente sustituto, avalado por el IFE, pero no reconocido por la mitad de su partido.
Pero no fue mediante un acuerdo político o porque de último momento hubiera logrado el reconocimiento de sus detractores, sino porque los consejeros de Izquierda Unida, encabezados por Dolores Padierna y Gerardo Fernández Noroña, se registraron y permanecieron afuera del salón en el que sesionaba el Consejo, en espera de que concluyera.

“El PRD no debe quedarse paralizado”, decía desde tribuna, al tiempo que llamaba a los consejeros a reactivar el partido, a organizar la consulta nacional para someter a escrutinio público la iniciativa de reforma energética de Felipe Calderón y a emprender acciones en contra de la carestía de los precios, pero también a apoyar a los candidato perredistas que competirán en las elecciones de Coahuila, Nayarit, Guerrero e Hidalgo.

Casi 15 minutos habló ante un consejo a modo, pero no había pasado ni uno desde que Acosta bajó de la tribuna cuando comenzaron a llegar los encinistas.

Tomaron su lugar habitual en el extremo superior derecho del consejo y esperaron pacientemente para manifestar su rechazo al dirigente sustituto, su “presidente espurio”.

Comenzó la ronda de intervenciones, y tras una decena de perredistas que lanzaban propuestas desde la tribuna subió uno de los más odiados por los encinistas.

Fernando Belaunzarán defendía la propuesta de que el PRD no dejara de presentar una iniciativa propia, cuando emergieron las primeras pancartas desde el extremo superior derecho.

“¡Ya basta del espurio, no al chuchinero!”, decía una pancarta elaborada previamente por el diputado Adrián Pedrozo, a quien secundaron Agustín Guerrero y otros encinistas.

La respuesta no tardó del lado de Los Chuchos: “¡Fuera porros! ¡Quiere llorar!”, respondieron a coro. Pero una consejera de Nueva Izquierda fue más osada e improvisó una pancarta en hoja tamaño carta, que sólo sirvió para llamar la atención de fotógrafos y camarógrafos: “La burra hablando de orejas... ¿y el maletín?”, pero los encinistas no alcanzaron a leer lo escrito con pluma.

Mientras ocurría el sainete, comisiones de ambos bandos se ponían de acuerdo para nombrar a un secretario de Finanzas, cartera del Comité Ejecutivo Nacional acéfala desde hace casi un mes.

La negociación se postergó durante semanas y, como siempre, al cuarto para las doce, como es ya tradicional entre perredistas, alcanzaron un feliz acuerdo, después de seis horas de intercambios y negociaciones.

Este Consejo Nacional marcó una diferencia de los anteriores a lo largo de los 18 años de vida de PRD; ésta vez no hubo recesos, lo que provocó la migración hormiga de consejeros hambrientos que iban a la tienda más cercana y regresaban con papas y refrescos en mano.

Liliana Padilla y Nadia Ricardo

No hay comentarios: